Reseña: Nacidos de la bruma, El Pozo de la Ascensión. Del escritor Brandon Sanderson.

AVISO IMPORTANTE: ESPOILERS DEL PRIMER LIBRO DE LA TRILOGÍA DE NACIDOS DE LA BRUMA.

Mi primer acercamiento a Brandon Sanderson fue Elantris, una novela que rebosaba de carisma y buenas ideas pero que a su vez parecía algo verde, como si fuera aún un borrador. Los personajes eran entrañables, la trama era emocionante y el lore interesante pero también los personajes llegaban a resultar caricaturescos, había alguna vuelta de guión mal encauzada y la prosa era un tanto mediocre. Pese a sus defectos devore el libro y más pronto que tarde leí el primer tomo de Nacidos de la bruma.

En el primer tomo de la trilogía se notaban muchos de los defectos de Elantris pero en cierta forma sus virtudes estaban mucho más marcadas, ademas de que el sistema de magia y el lore del mundo resultaban particularmente interesantes. Amé Nacidos de la Bruma pero aún no podía decir que objetivamente fuera una Gran Obra, con mayúsculas, El Pozo de la Ascensión, el segundo de los tres, si que lo es.

Sanderson a pulido inmensamente su prosa y aunque no es su punto fuerte como lo es en un Bradbury o un Barrie tampoco hay nada que reprocharle. De hecho, el talento del escritor para narrar escenas de acción no es nada desdeñable siendo que la literatura no es un medio habituado a destacarse en ese aspecto. Leer nacidos de la bruma es sentir que te encuentras ahí, volando, saltando , combatiendo.

La trama, hay que decirlo, no es perfecta pero si es subersiva, refrescante. Si el primer libro destacaba por su lore, sus combates y su sistema de magia tan original, el segundo destaca también por lo subersivo de sus acontecimientos. Esta claro, el libro inicia tras las consecuencias de que los buenos ganen, cargándose el "vivieron felices para siempre".

El Lord Legislador a sido derrotado y si bien una revolución en un gobierno tiránico es algo ya muy visto, la lucha por la estabilidad de un imperio que decae tras la muerte del tirano... Bueno, eso ya no lo es tanto.

En estos días proliferan las historias de revoluciones, de oprimidos que se revelan, simplificando y edulcorando las repercusiones políticas, económicas y sociales que tales acontecimientos tendrían. En cambio Sanderson ofrece un panorama, si no cien por cien realista, muy verosímil de lo que pasaría, mientras lo hace sonar emocionante. 

Y es que no solo muestra que a la caída de un imperio sigue la inestabilidad, la guerra, el fuedalismo, si no que al tiempo que muestra el imposible de una utopía, muestra también la ansiedad de sus pobladores, de quienes gozan de los privilegios de ya no ser una clase oprimida, por volver a la antigua estabilidad de su esclavitud. 

"Recuperaremos el trono. Como se ha dicho, conozco la ley. Yo la redacté. Hay modos de salir de ésta. Esos modos, sin embargo, no incluyen enviar nuestros ejércitos para asegurar la ciudad. ¡No seré como los tiranos que están dispuestos a quitarnos Luthadel! No obligaré al pueblo a hacer mi voluntad, aunque sepa que es lo mejor para ellos."

Una sociedad oprimida durante mil años no se adapta a las nuevas ideas de la noche a la mañana, un pueblo de hombres que no han visto una guerra jamás no cuentan con el entrenamiento necesario para defender sus recién adquiridos derechos y sobre todo, a aquellos que pasan hambré o temen la guerra o la muerte de sus familias, no es tan fácil convencerlos de unos ideales que les son ajenos, siendo que lo que para nosotros es un imperativo moral para ellos es una abstracción propia de filósofos.

"Durante los días anteriores al Colapso, Sazed había imaginado con frecuencia cómo sería el mundo cuando el Lord Legislador hubiera desaparecido. Había imaginado a los guardadores saliendo a la luz, llevando conocimiento y verdades olvidadas a un populacho emocionado y agradecido. Se había imaginado enseñando ante un cálido fuego por las noches, contando historias a un público ansioso. Nunca se había parado a pensar en una aldea privada de trabajadores, con una gente demasiado agotada por las noches para molestarse en escuchar relatos del pasado. Nunca había imaginado un pueblo que pareciera más molesto que agradecido por su presencia."

No es que el escritor nos diga que los ideales no valen la pena, nos dice que esos ideales cuestan, en ocasiones cuestan con sangre, hambruna y enfermedad, que toma tiempo y trabajo llevarlos a la práctica. Al no edulcorar excesivamente el precio de estos ideales más que denostar su valor lo eleva. No hace saber que son algo propio de nuestro mundo, del mundo real. 

"Haré lo que pueda, tomaré las decisiones tal como crea que deben tomarse, pensó Elend. Y luego aceptaré las consecuencias."

Sanderson es particularmente bueno también con los giros de guión, las vueltas de tuerca y en general con complicarle la vida a sus personajes. Normalmente esto es una virtud aunque en ocasiones llega a entorpecer el desarrollo de algúno de los protagonistas.

Este es uno de los puntos que resultan positivos y negativos a la vez... Por un lado el desarrollo de Vin es excelente pero sus preocupaciones se llegan a sentir tan ajenas a la trama central del libro que lo recienten. Del mismo modo Elend que tiene un desarrollo casi brillante, sufre por momentos las consecuencias de la tendencia de Sanderson de complicar las situaciones, haciendo que aunque el personaje mejore inmensamente, sus victorias sean pocas o parezcan pequeñas. Del mismo modo por momentos los éxitos de Elend sufren por el protagonismo de Vin, ya que situaciónes que deberían ser al menos parcialmente una victoria personal terminan siendo o pareciendo credito completo de Vin, cuando quizá el compromiso de esta última no era el mismo.

Con todo, esos defectos, insisto, no equivalen a un mal desarrollo. Elend empieza siendo un joven inseguro e idealista con demasiado peso enzima que se ve obligado a transformarse en líder y Vin es una heroína compleja, insegura pero decidida que lucha por encontrar su lugar en el mundo y creer, al tiempo, que merece tal lugar. Las cuestiones mencionadas son meramente fisuras que impiden que el resultado final sea perfecto.

Se podría decir también cosas similares de otros personajes, como Sased que es muy bien trabajado o el entrañable Oresur pero alargaría demasiado la reseña. Lo que si quisiera agregar es que el final es, como lo anterior, es original, resulta una traicion de las expectativas muy bien ejecutada. Es una lástima no obstante, que ciertos eventos del último tramo del libro no resulten completamente verosímiles pero prefiero no caer en el espoiler.

Nacidos de la bruma y en particular el segundo libro de la saga, es una constante traición a las expectativas, un alito de vida a viejos tópicos demasiado usados y un enfoque muy certero de las tramas políticas y militares en un mundo de fantasía. Aquí Sanderson demuestra que es más que sistemas de magia originales, es un narrador que tiene algo que decir. Algo que decir sobre política, economía, sobre la importancia de defender unos ideales que no obstante pueden costar la vida, sobre religión y sobre muchas cosas más.

Gerard Cuello

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